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El pasado martes, la sonda solar Parker logró un hito sin precedentes al acercarse a solo 6,1 millones de kilómetros de la superficie solar, marcando así el mayor acercamiento de la humanidad a una estrella. Este sobrevuelo récord, realizado a una velocidad vertiginosa de 692.000 kilómetros por hora, convierte a Parker en el objeto más rápido jamás creado por el ser humano, según confirmó la NASA durante una presentación reciente.
El éxito de este evento histórico fue confirmado el viernes por la mañana, cuando el equipo de operaciones del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, en Maryland, recibió una señal de la nave poco antes de la medianoche del jueves. Aunque la sonda no mantuvo comunicación durante su paso más cercano, los científicos esperan recibir datos detallados y cruciales sobre el Sol cuando la información recopilada regrese a la Tierra el próximo 1 de enero.
Este logro es el resultado de un esfuerzo de más de seis años desde el lanzamiento de la sonda el 12 de agosto de 2018, un evento al que asistió el reconocido astrofísico Dr. Eugene Parker, pionero en el campo de la heliofísica y homónimo de la nave. El Dr. Parker, quien falleció en marzo de 2022 a los 94 años, fue testigo de los primeros avances de la misión, cuyo objetivo es resolver algunos de los mayores misterios del Sol.
Un laboratorio solar en movimiento
La sonda Parker se convirtió en la primera nave espacial en «tocar el Sol» en diciembre de 2021, cuando atravesó la corona solar, la atmósfera superior de nuestra estrella. Desde entonces, ha recopilado datos valiosos sobre partículas solares y campos magnéticos, proporcionando a los científicos una visión sin precedentes del funcionamiento interno del Sol.
Uno de los mayores enigmas que los heliofísicos buscan resolver es cómo se genera el viento solar, una corriente constante de partículas cargadas que emana del Sol, así como por qué la corona solar es mucho más caliente que su superficie. También desean entender las eyecciones de masa coronal, enormes nubes de plasma ionizado y campos magnéticos que, al dirigirse hacia la Tierra, pueden causar tormentas geomagnéticas. Estas tormentas pueden alterar los sistemas de satélites, las infraestructuras de energía y las comunicaciones en nuestro planeta.
Con los sobrevuelos más cercanos aún por venir, programados para el 22 de marzo y el 19 de junio de 2025, la Parker Solar Probe promete arrojar nueva luz sobre estos fenómenos y explorar territorios solares desconocidos.
Diseño para resistir el Sol
La Parker Solar Probe está equipada con tecnología de vanguardia diseñada para soportar las condiciones extremas del entorno solar. Su escudo térmico de 11,4 centímetros de espesor, fabricado con espuma de carbono, puede resistir temperaturas de hasta 1.400 grados Celsius, aunque se espera que enfrente temperaturas de alrededor de 980 grados Celsius durante sus próximos acercamientos.
A pesar de estas condiciones extremas, el interior de la nave espacial permanece a una temperatura ambiente que permite el funcionamiento de sus sistemas electrónicos y científicos. Además, un innovador sistema de refrigeración con agua mantiene los paneles solares a una temperatura constante incluso en las proximidades del Sol.
Durante estos sobrevuelos, Parker opera de manera autónoma, ya que su proximidad al Sol impide la comunicación directa con el control de la misión. Sin embargo, una vez que se aleja lo suficiente, envía una señal conocida como tono de baliza, que proporciona información básica sobre su estado general. Los datos completos e imágenes recopilados durante los sobrevuelos estarán disponibles unas tres semanas después, a mediados de enero.
Un Sol más activo que nunca
La misión de Parker Solar Probe coincide con un momento clave en el ciclo de actividad solar. Poco después de su lanzamiento, el Sol entró en un nuevo ciclo de 11 años, y actualmente se encuentra en su máximo solar, una fase en la que la actividad de nuestra estrella alcanza su punto más alto. Durante este período, los polos magnéticos del Sol se invierten, lo que genera un aumento significativo en la cantidad de manchas solares y fenómenos como las eyecciones de masa coronal.
Este aumento de la actividad solar ha sido evidente en los últimos años, con eventos como la tormenta geomagnética de mayo de 2023, que generó auroras visibles hasta en el sur de Estados Unidos. Según los científicos, esta tormenta pudo haber sido un evento extremadamente raro, con una frecuencia de aparición de entre 100 y 500 años.
La Parker Solar Probe, al estar más cerca del Sol que nunca, tiene una oportunidad única para observar de cerca estos fenómenos y proporcionar datos que podrían ayudar a predecir futuras tormentas solares. Esto es crucial no solo para la investigación científica, sino también para la protección de las infraestructuras tecnológicas en la Tierra.
Un legado para la heliofísica
Helene Winters, directora del proyecto de la Parker Solar Probe, destacó el impacto transformador de la misión en el campo de la heliofísica. “Tras años desafiando el calor y el polvo del sistema solar interior, la sonda sigue prosperando, enfrentándose a condiciones que ninguna otra nave espacial ha visto jamás”, afirmó Winters en un comunicado.
El Dr. C. Alex Young, de la División de Ciencias de Heliofísica de la NASA, también subrayó la importancia de esta misión como un «laboratorio natural» para estudiar no solo nuestro Sol, sino también otras estrellas del universo. “El Sol es la única estrella que podemos medir directamente. Lo que aprendamos aquí nos ayudará a entender cómo interactúan las estrellas con los planetas en otros sistemas solares”, explicó.
El futuro de la misión
Con sus sobrevuelos finales acercándose, la sonda Parker continúa escribiendo un capítulo crucial en la exploración espacial. Los datos recopilados no solo podrían responder a preguntas fundamentales sobre el Sol, sino también descubrir nuevos misterios sobre el universo.
Para los científicos, el Sol seguirá siendo un objeto de fascinación y estudio, y Parker Solar Probe está preparada para seguir desafiando los límites de lo que es posible en la exploración espacial. Mientras tanto, el equipo de la misión espera que el Sol ofrezca momentos espectaculares durante los próximos acercamientos.
“Sol, por favor, haz lo mejor que puedas”, dijo Nour Rawafi, científico del proyecto Parker Solar Probe. “Danos el evento más fuerte que tengas, y la sonda estará lista para enfrentarlo”.
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