problemas de salud, tensiones internas y retos internacionales

problemas de salud, tensiones internas y retos internacionales
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El primer año completo del reinado de Carlos III ha sido uno de los más complicados para la familia real británica en décadas, marcado por problemas de salud, controversias y ajustes en el liderazgo. Para el príncipe William, heredero al trono, 2024 fue «brutal» y probablemente «el año más duro de mi vida», según declaró.

Problemas de salud que marcaron el año

La salud del rey Carlos III y de la princesa Catherine, de Gales, fue el centro de atención durante gran parte del año. Ambos recibieron diagnósticos de cáncer con pocos días de diferencia, lo que sorprendió tanto a la familia real como al público.

  • Carlos III fue diagnosticado con cáncer de próstata, lo que lo llevó a someterse a un procedimiento correctivo y continuar con el tratamiento durante el resto del año. Su decisión de hablar públicamente sobre su enfermedad marcó un cambio en la comunicación de la familia real, que tradicionalmente ha sido reservada en cuestiones de salud. Según el Servicio Nacional de Salud (NHS), su anuncio generó un aumento significativo en las búsquedas relacionadas con la detección y el tratamiento del cáncer de próstata.
  • Catherine, princesa de Gales, también enfrentó un diagnóstico de cáncer y completó un tratamiento de quimioterapia a mediados de año. Este episodio estuvo acompañado de una intensa especulación mediática, con teorías infundadas sobre su estado de salud. Sin embargo, la princesa mostró franqueza al compartir su experiencia, lo que ayudó a sensibilizar sobre el tema.

El príncipe William, además de asumir más responsabilidades públicas, se dedicó a apoyar a su esposa y a sus hijos mientras enfrentaban esta crisis familiar.

Un cambio en el liderazgo real

La salud de Carlos y Catherine dejó temporalmente a la monarquía sin varios de sus miembros más activos, lo que llevó a Camila, reina consorte, a asumir un papel más destacado. Aunque Camila no esperaba estar «al frente» de la institución en este momento, logró mantener las actividades reales en marcha, con el apoyo de figuras como la princesa Ana y los duques de Edimburgo.

El príncipe William regresó a sus compromisos públicos en abril y representó al rey en varios eventos internacionales, incluidos actos de Estado en Francia, como las conmemoraciones del Día D y la reapertura de la catedral de Notre Dame. Estas apariciones subrayaron su evolución como estadista global y su capacidad para asumir mayores responsabilidades en el futuro.

Los Sussex: proyectos y tropiezos en Estados Unidos

Al otro lado del Atlántico, el príncipe Harry y Meghan Markle, duquesa de Sussex, continuaron su labor benéfica y proyectos empresariales, aunque con resultados mixtos.

  • La pareja realizó visitas a países como Nigeria, Canadá y Colombia, promoviendo causas como la seguridad infantil en Internet y los Juegos Invictus. Aunque no actuaron oficialmente en nombre de la monarquía, sus actividades tuvieron un aire de «gira real», atrayendo multitudes y atención internacional.
  • En el ámbito empresarial, sus proyectos no alcanzaron el impacto esperado. Su serie documental «Heart of Invictus» en Netflix tuvo un desempeño discreto, acumulando solo 300,000 visualizaciones según reportes. Además, el nuevo proyecto de estilo de vida de Meghan, «American Riviera Orchard», tuvo un lanzamiento inicial pero quedó en pausa.

Según expertos, el desafío de los Sussex es definir con claridad su identidad y lo que representan para el público. Aunque su popularidad inicial en EE.UU. fue alta, ahora enfrentan escepticismo sobre sus verdaderos objetivos.

Escándalos y controversias

El príncipe Andrés, quien ha estado en el centro de múltiples controversias en los últimos años, volvió a generar titulares en 2024. Una audiencia en el Tribunal Supremo reveló su relación con un presunto espía chino, Yang Tengbo, quien fue cofundador de una iniciativa de emprendimiento vinculada a Andrés. Aunque el duque declaró haber cortado contacto con Yang, el escándalo reavivó críticas sobre su juicio y su lugar dentro de la familia real.

Un vistazo hacia 2025

A pesar de los desafíos, la realeza británica cerró el año con optimismo. Carlos III y Camila realizaron un exitoso viaje a Australia y Samoa, donde fueron recibidos con afecto, a pesar de que el rey continúa su tratamiento médico.

Fuentes del palacio indicaron que el tratamiento de Carlos está «avanzando en una dirección positiva» y que su programa de giras internacionales para 2025 dependerá de la aprobación médica. William y Catherine también esperan retomar una agenda más activa, con un enfoque en fortalecer el papel de la monarquía tanto a nivel nacional como internacional.

El 2024 fue un año de pruebas para los Windsor, pero también marcó un momento de transición y adaptación. Los problemas de salud, las tensiones internas y los retos internacionales pusieron a prueba a la familia real, pero también demostraron su capacidad para evolucionar y enfrentar los desafíos modernos. De cara a 2025, los Windsor esperan que la normalidad regrese, mientras continúan redefiniendo su papel en un mundo en constante cambio.

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