Related media – Linked media
Pep Guardiola ya no puede esconder su preocupación. Lo que parecía una victoria segura para el Manchester City, gracias al gol de Josko Gvardiol, se convirtió en una derrota amarga frente al Manchester United, con dos goles en los minutos finales. Este 2-1 no solo significa un tropiezo en el derbi, sino que agrava aún más el mal momento del equipo, que ha ganado solo uno de sus últimos diez partidos.
El partido, lejos de ser un espectáculo digno de la Premier League, fue tenso y deslucido. Ambos equipos, afectados por sus recientes resultados, mostraron más nerviosismo que ambición, esperando errores del rival en lugar de imponer su propio juego. A pesar de esto, el United supo aprovechar las pocas oportunidades claras que tuvo en los últimos minutos, dejando en evidencia las debilidades del City.
El gol de Gvardiol, que llegó tras un centro de Kevin De Bruyne, parecía ser suficiente para que el City rompiera su racha negativa. Sin embargo, los errores individuales volvieron a ser protagonistas. Matheus Nunes cometió un penalti innecesario en el minuto 88, que Bruno Fernandes convirtió en el empate. Dos minutos después, Amad Diallo marcó el gol de la victoria tras regatear a Ederson, cerrando una remontada que dejó al Etihad en silencio.
Esta derrota es especialmente dolorosa para Guardiola, quien llegó al derbi con un historial favorable frente al United: 13 victorias, 8 empates y solo 2 derrotas en 23 enfrentamientos previos. Pero esta tercera caída frente al vecino desde su llegada al City en 2016 tiene un peso diferente, ya que evidencia la peor racha del equipo bajo su dirección.
El City, que había dominado estos enfrentamientos en años anteriores, no solo perdió tres puntos cruciales, sino también algo de su orgullo. Los aficionados, conscientes del momento complicado que atraviesa el equipo, intentaron alentar al técnico español antes del inicio del partido con un enorme tifo en el que se leía: “Guardiola, més que un entrenador”. Pero ni eso fue suficiente para evitar una nueva decepción.
Con esta derrota, el City se encuentra en la quinta posición de la tabla, con 27 puntos, a 12 del Liverpool si el equipo de Klopp gana su partido pendiente frente al Everton. Además, está fuera de los puestos de clasificación a la próxima Champions League, algo impensable para un club acostumbrado a dominar no solo la Premier, sino también Europa en las últimas temporadas.
El United, por su parte, aprovechó las debilidades de su rival en los momentos clave, a pesar de sus propios problemas de definición. Durante el partido, Ederson mantuvo al City con vida al realizar una espectacular parada ante un cabezazo de Amad Diallo, y Bruno Fernandes falló un mano a mano que pudo haber cambiado el curso mucho antes. Sin embargo, al final, los errores defensivos del City y la insistencia del United definieron el resultado.
La situación para Guardiola es preocupante. El City, acostumbrado a estar en la cima, atraviesa una crisis que podría poner en peligro sus aspiraciones en la Premier y en Europa. Aunque sigue siendo un equipo con calidad y profundidad en su plantilla, el rendimiento reciente muestra un conjunto desgastado, incapaz de cerrar partidos y vulnerable en momentos clave.
El derbi de este domingo era más que un partido: era una oportunidad para retomar la confianza y demostrar que el equipo seguía siendo competitivo. Pero, en lugar de eso, el encuentro se convirtió en una muestra más de las dificultades que enfrenta el City. Ahora, con el calendario apretado y la presión aumentando, Guardiola deberá encontrar soluciones rápidas si quiere salvar la temporada.
Mientras tanto, el United, dirigido por Rúben Amorim, celebra una victoria que no solo les da tres puntos importantes, sino también un golpe anímico en un derbi que históricamente ha sido complicado para ellos en los últimos años. La remontada en los minutos finales es un reflejo de la resiliencia que ha caracterizado a los ‘Red Devils’ en momentos cruciales, y les permite mantenerse en la pelea dentro de una Premier cada vez más competitiva.
Para el City, perder ante el máximo rival en casa es un golpe duro, pero lo más alarmante es la tendencia descendente que parece no tener fin. Con un Liverpool en gran forma y equipos como el Nottingham Forest sorprendiendo en la tabla, el margen de error se reduce, y el City se enfrenta a un desafío que hace mucho no vivía: luchar por volver a ser relevante en la liga.
Queda por ver si Guardiola podrá revertir esta situación y devolver al Manchester City a la senda de la victoria, o si esta temporada marcará un punto de inflexión en la era más exitosa del club. Por ahora, lo único claro es que el tiempo apremia, y los errores como los vistos este domingo no pueden seguir repitiéndose.
Related media – Associated media