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El Gobierno de Estados Unidos ha implementado controles más estrictos sobre la exportación de chips de memoria de alto ancho de banda (HBM, por sus siglas en inglés), utilizados en aplicaciones de inteligencia artificial (IA), hacia China. Estas nuevas regulaciones afectan tanto a los productos fabricados en EE. UU. como a los que son producidos en el extranjero, marcando un paso significativo en la estrategia del país para limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas.
La reciente medida, anunciada el 2 de diciembre, se suma a las restricciones previas impuestas por la administración de Biden durante los últimos tres años. El objetivo subyacente de estas políticas es impedir que China obtenga acceso a tecnologías críticas que podrían ofrecerle una ventaja en términos militares y de desarrollo tecnológico. Como reacción, China ha iniciado sus propias restricciones en la exportación de germanio, galio y otros materiales esenciales para la fabricación de semiconductores y equipos de alta tecnología.
Los expertos advierten que estas restricciones disminuirán el desarrollo de chips de IA en China y, en el peor escenario, limitarán su acceso a HBM. Actualmente, la capacidad de producción de HBM en China no alcanza a la de empresas surcoreanas como SK Hynix y Samsung, ni a la estadounidense Micron. Sin embargo, China está trabajando para fortalecer su propia capacidad en este sector.
Jeffery Chiu, CEO de Ansforce, una consultora especializada en tecnología, explicó que si bien las restricciones de EE. UU. privarán a China de HBM de alta calidad en el corto plazo, a largo plazo, el país podría desarrollar su propia producción, aunque con tecnología menos avanzada. Las principales empresas chinas en este ámbito, como Yangtze Memory Technologies y Changxin Memory Technologies, están ampliando su capacidad para producir HBM, con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia tecnológica.
La importancia de los chips HBM radica en su capacidad de almacenamiento y velocidad superior en comparación con la memoria convencional. Esta tecnología es fundamental para el funcionamiento de aplicaciones de IA que requieren cálculos complejos y procesamiento de grandes volúmenes de datos. Los chips HBM optimizan el rendimiento de las aplicaciones de IA al permitir el procesamiento rápido y eficiente de información.
La analogía de una autopista puede ilustrar esta ventaja: una autopista con múltiples carriles permite un flujo de tráfico más fluido y reduce la posibilidad de congestiones. De igual manera, los chips HBM, al tener un mayor ancho de banda, permiten que las aplicaciones de IA operen sin retrasos significativos.
En la actualidad, el mercado de HBM es dominado por tres empresas principales: SK Hynix, Samsung y Micron. Según un informe de TrendForce, en 2022, Hynix controlaba el 50 % del mercado, seguida por Samsung con el 40 % y Micron con un 10 %. Se espera que esta tendencia continúe, con Hynix y Samsung manteniendo una participación de mercado combinada del 95 % en los próximos años. Micron, por su parte, busca aumentar su cuota de HBM hasta un 25 % para 2025.
El elevado valor de los chips HBM ha llevado a los fabricantes a destinar recursos significativos a su producción. Se estima que a partir de 2024, HBM representará más del 20 % del mercado total de chips de memoria estándar, con la posibilidad de superar el 30 % en años posteriores.
La fabricación de HBM es un proceso complejo que implica apilar múltiples chips de memoria en capas delgadas, similar a una hamburguesa. Este apilamiento requiere una precisión extrema, ya que cada capa debe ser extremadamente delgada, lo que complica su producción y eleva su costo. El precio de venta de HBM es varias veces superior al de los chips de memoria convencionales.
Para lograr esto, cada chip de HBM debe ser pulido hasta alcanzar un grosor que equivale al de medio cabello. Además, se perforan agujeros en los chips para permitir la conexión de cables eléctricos, y la precisión en la ubicación y tamaño de estos agujeros es crucial para el funcionamiento del dispositivo.
El proceso de fabricación de HBM presenta muchos puntos de posible falla, lo que lo convierte en un desafío en la industria tecnológica. G Dan Hutcheson, vicepresidente de TechInsights, señala que la fabricación de estos dispositivos es comparable a construir un castillo de naipes, donde cualquier error puede resultar en el colapso del proyecto.
En resumen, las nuevas restricciones de EE. UU. sobre la exportación de chips HBM a China son un reflejo de las tensiones geopolíticas y de la competencia tecnológica entre ambas naciones. Mientras que estas medidas pueden frenar temporalmente el desarrollo de tecnología avanzada en China, el país está determinado a incrementar su autosuficiencia en la producción de semiconductores, lo que podría tener implicaciones significativas para la industria global en el futuro.
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